Raquel, de 22 años, es una estudiante madrileña de diseño de moda. En un momento de su vida tiene una experiencia de Dios tan intensa que lo deja todo para iniciar la vida religiosa en el monasterio de Iesu Communio.
Al principio fui al Oratorio para conocer gente cristiana con la que relacionarme pero, poco a poco y a través de peregrinaciones, experimenté que ser cristiano no es algo superficial, sino que va más allá. Así que seguí avanzando en este grupo hasta el día de hoy. Además, me fueron enseñando mis heridas, mis sufrimientos y, poco a poco, me dieron «armas». Sobre todo, yo experimentaba que querían mi bien. Además, me pusieron de frente a mi realidad, en mi familia, en mis estudios y, especialmente, en el sitio que Dios me ha regalado en su Iglesia, en el camino.
En el verano de paso de primero a segundo de Bachillerato se organizó una peregrinación a Solsona (Lérida).
El sacerdote que nos acompañaba nos dejaba sostener a Cristo sacramentado, y yo me acuerdo que en el momen-to en que me lo dio, experimenté una paz enorme, a la vez que un amor me atravesaba todo el ser, era como oír: «Raquel, yo te quiero a pesar de todo». Nunca había vivido una Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), así que me pareció una pasada. ¡Tantos jóvenes siguiendo a Cristo! ¡Era una locura! La disfruté muchísimo, hasta los últimos días donde el demonio me coló la mentira de que algo estaba haciendo mal porque no tenía novio y no entendía por qué.
Puede parecer absurdo, pero después de la JMJ, habiendo empezado el curso, empecé a padecer una tristeza muy grande porque lo tenía absolutamente todo y no era feliz.
Tenía una familia estupenda, un montón de amigos, era muy querida, creía en Dios, pero algo fallaba y me hacía sufrir ver cómo los días pasaban sin saber para qué. Gracias a Dios, una tarde me encontré con un sacerdote al que apenas conocía y le pedí hablar. Tardé casi dos semanas en ir pero, de todo lo que me dijo, que fue un regalo, a mí me sigue resonado, «Te falta una tierra, saber para quién eres». Y me propuso ir, sin pretender nada, a un encuentro que hacían las hermanas de Iesu Communio en Adviento; y tal y como estaba, fui.
ENFOCA:
1 ¿Qué te parece la experiencia que cuenta la protagonista de esta historia? ¿Por qué?
2 Si tuvieras la oportunidad de hacerle una entrevista, ¿qué le preguntarías?
3 ¿Crees que Dios se comunica a todas las personas de la misma manera que describe Raquel?
4 ¿Una vocación religiosa puede ser una opción válida en el mundo de hoy? Justifica tu respuesta.
5 Busca información sobre la próxima Jornada Mundial de la Juventud. ¿A qué te invita?