Quien busca señales tiene que aferrarse a la confianza, porque las señales son escurridizas, aparecen y desaparecen sin un orden establecido. Sin embargo, quien colecciona seguridades se agarra a ellas porque dedica el tiempo a ordenar remedios y reglas para que la vida sea menos complicada.
La vida del coleccionista de seguridades es mucho más fácil porque sus señales están catalogadas y guardadas. Siempre tiene un lugar donde encontrarlas.
El buscador de señales, sin embargo, vive su vida a la intemperie, con la inseguridad constante de que el tiempo puede cambiar. De esta manera, corre el riesgo de quedarse varado en cualquier lugar sin saber volver a casa.
Mientras el coleccionista de seguridades está resguardado de los cambios, el buscador de señales se encuentra constantemente expuesto a la tempestad. Hay tantas maneras de dar señales de vida como personas que existen.
Las señales no son más que indicadores de una meta. Lo importante, sin duda, es saberlas interpretar y desentrañar para que se produzca el encuentro. No importan, por tanto, las vueltas, las idas y venidas en el camino, sino el fin que se quiere conseguir.
Buscar el sentido de la vida tiene ese mismo significado. Buscamos señales a lo largo de nuestra vida. Ahora, quizás, nos tengamos que preguntar qué somos: ¿buscadores de señales o coleccionistas de seguridades?
Actividades
1 A partir de la distinción entre buscadores y coleccionistas, individualmente o en pareja, analiza las diferencias entre una y otra actitud ante la vida.
Copia el siguiente gráfico y ordena tus ideas:
COLECCIONISTAS
BUSCADORES
¿En qué se parecen?¿En qué se diferencian?
En cuanto a
PATRONES DE SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS SIGNIFICATIVOS
CONCLUSIÓN O INTERPRETACIÓN
1.2.3. Termómetro de sentido
¿Cuáles son las señales de sentido que ayudan a conocernos más profundamente y que nos abren a los demás?
❯ Primera señal: la libertad personal
La primera señal es la autoconciencia y la vivencia de la libertad personal, una libertad que vivimos de forma gradual porque somos conscientes de que la vida se realiza paso a paso.
Día a día, tenemos que tomar decisiones, enfrentarnos a conflictos y descubrir caminos. Hay que saber muy bien cuidar la propia libertad porque la podemos perder en muchas ocasiones.
❯ Segunda señal: el reconocimiento de los otros
La segunda señal nace de la conciencia personal y se basa en el reconocimiento de los otros. Vivimos en sociedad y, por tanto, no podemos dejar a un lado a los demás.
Necesitamos relacionarnos con los otros a través de la amistad, el trabajo, el ocio, la cultura, el amor y la solidaridad. Estas relaciones pueden ser fuente de conflictos y dificultades, pero es necesario que las integremos en nuestra propia vida como algo natural.
❯ Tercera señal: el encuentro del sentido
La tercera señal es la capacidad de poder hacer una lectura global y con sentido de la realidad.
Debemos ser conscientes de que todos los acontecimientos, vivencias, relaciones y situaciones no pasan porque sí, sino que tienen un sentido, tienen un porqué y un para qué, aunque a veces nos parezcan hechos inconexos.
«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos do-nes que a los hombres dieron los cielos», Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes.
2 Reflexiona.
¿Cuáles son tus señales? ¿Cómo orientas el sentido de tu vida? Ayúdate con las siguientes preguntas.
• ¿Qué le da sentido a tu vida en el día a día? ¿Cuál es tu mejor momento de la jornada?
• ¿Cómo actúa la libertad en la búsqueda de sentido? ¿Tu relación con los demás afecta al sentido de lo que vives?
• ¿Cómo te imaginas en el futuro? ¿Qué dará sentido a tu vida?